La ovetense María Manzaneque es delegada en Asturias y vicepresidenta estatal de la Asociación Nacional de Amputados de España (Andade). Entre otras actividades, acude a la llamada del HUCA cuando un paciente ha sufrido una amputación para aportarle información, experiencia y ánimos, a él y a su familia. La gran labor social y humanitaria que desempeña en la región le ha valido el reconocimiento de «Asturiana del mes» de LA NUEVA ESPAÑA en mayo.
Ella misma sufrió una amputación en 2009, tras ser arrollada por un coche en la autopista del Huerna cuando trataba de auxiliar a otro accidentado. Ha atendido a más de un centenar de enfermos durante los más de diez años que lleva formando parte de Andade, asociación a la que representa en el Principado y junto a la que desarrolla una labor fundamental de apoyo a quienes pierden un miembro en la región.
Manzaneque es todo un ejemplo de superación y bondad. Una muestra de ello es la puesta de su experiencia al servicio de los amputados, compartiendo su historia a fin de tranquilizar a quienes acaban de pasar por la misma situación. Un trabajo que no desempeña en solitario, sino que lo hace acompañada por sus compañeros de asociación. «En estos años hemos formado un grupo de unos 50 compañeros y compañeras asociados», cuenta Manzaneque. Y añade: «No doy terapia psicológica, porque no estoy capacitada, pero sí doy apoyo psicológico. Suelo decir que vengo a desdramatizar la situación. Si hay una segunda visita, intento que me acompañe otro amputado que sea un poco el espejo del paciente, que tenga una situación similar. Cuando el mundo se te desploma después de una amputación, a menudo no tienes otra salida que mirar internet, que es peligrosísimo».
Por eso, a la hora de superar el dolor y la angustia que producen experimentar una amputación, Manzaneque apuesta por hacer ver que salir de la oscuridad es posible, que no es todo tan negativo como puede parecer en un principio, y que tampoco es tan ideal como a menudo muestran las redes sociales. «Es fundamental que se conozca el proceso desde otra persona que ha pasado por lo mismo. Ves las redes sociales y parece que te ponen una prótesis y ya echas a correr y a saltar, y ya eres paralímpico. Pero la realidad es otra. La efectividad de estas conversaciones es del cien por cien. Es lo que implica hablar el mismo lenguaje, porque los miedos, las inseguridades y las angustias son idénticas en todas las personas. Lo que yo pasé es lo que están pasando todos. Unos pueden tener más apoyo familiar y otros menos, que también es clave. Pero lo que se pasa por la cabeza es muy parecido en todos», expone la delegada en Asturias y vicepresidenta estatal de Andade.
Una situación que experimentó en primera persona cuando fue atropellada por un coche mientras intentaba auxiliar a otro conductor accidentado que viajaba en estado de embriaguez con un niño abordo de su vehículo. Por ello, también colabora activamente impartiendo charlas en instituciones académicas y penitenciarias para afianzar la seguridad vial y advertir que no cumplir la señalización puede causar graves secuelas y cobrarse las vidas de inocentes. «Que los conductores no beban y no corran es imprescindible para evitar accidentes de tráfico», manifiesta Manzaneque.
Las conferencias a menudo se organizan en conjunto con la Dirección General de Tráfico (DGT) y tienen por objetivo «poner el foco en la experiencia que vive un paciente desde la cama del hospital». «Se trata de hacer ver que todos los números y estadísticas que parecen algo fríos, tienen personas detrás personas de carne y hueso», cuenta.
Y es que la forma de abordar el coloquio no es la misma si se imparte a estudiantes de instituto, «en las que hacemos especial hincapié en no conducir bajo los efectos del alcohol y tampoco subirse en vehículos cuyo conductor haya consumido alcohol o drogas», Formación Profesional (FP) o grados de la rama sanitaria, «que se centran en hacer sentir al paciente acompañado y seguro durante todo el proceso». O incluso en prisión, con personas que tienen un delito por infracción vial grave «ven que sus acciones tienen consecuencias graves y que pueden hacer mucho daño a las personas», detalla Manzaneque con la esperanza de crear conciencia y reducir al mínimo este tipo de accidentes.
FUENTE: LA NUEVA ESPAÑA