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Martes, 26 Noviembre 2019

Francisco Maquieira supera el síndrome de miembro fantasma

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Francisco Maquieira supera el síndrome de miembro fantasma

Hola amigos de ANDADE, soy Francisco Maquieira Martínez, de Porriño, provincia de Pontevedra, y tengo una amputación transfemoral derecha. Algunos ya me conoceréis, pues he estado varias veces en la asamblea anual de Valladolid, u os sonará mi nombre por un artículo que publiqué en el año 2016 en la revista ANDADE: “40 años de amputado”. Esta vez me pongo en contacto con vosotros porque tengo una vivencia que puede ser muy útil para otros amputados:

Durante más de 40 años sufrí dolor de miembro fantasma, que si alguien tiene la suerte de no conocerlo, es un dolor que se siente como si proviniera de una parte del cuerpo que ya no está allí, en mi caso, principalmente en el pie derecho. El traumatólogo que me amputó ya me advirtió de que eso podía pasar, que no me asustara porque iba a tener dolores e iba a sentir el pie por mucho tiempo, y tanto tiempo, que pasaron más de 40 años. Durante todo ese tiempo, a veces esos dolores eran muy fuertes, tan fuertes que en una ocasión tuve que acudir a urgencias. Una vez allí expliqué mi dolor: dolor muy fuerte, fantasma en el tobillo derecho y les dije que en ese tobillo, antes de la amputación tuve seis kilos de tracción colgando, y sentía el mismo dolor. Tras una radiografía y la consulta de varios médicos, los cuales durante todas las consultas me miraron un poco raro y con mofa, me dicen que no tengo nada en el muñón, pero yo eso ya lo sabía – “ a mí el muñón no me duele, lo que me duele es el tobillo y que eso es el dolor fantasma”. Me dicen que de fantasma ya pasaba yo: unos antiinflamatorios y para casa. Nunca más volví a urgencias por esos dolores, no valía la pena, entendí que tenía que vivir con ello, hasta hace unos meses, que me di cuenta de que no tenía por qué ser así.

Antes de contar como conseguí decir adiós al dolor fantasma, quiero darle las gracias a nuestro delegado y mi amigo don José Cougil Bugallo, por hacer la gestión del convenio para la rehabilitación con COGAMI, y por animarme a mí a ir a la rehabilitación, pues él insistió en que yo fuera y, a pesar de que no lo tenía muy claro, me decidí a ir, ya que tenía muchos problemas en la espalda, hombros, en la columna la zona lumbar y algo más.

El primer día que acudo a mi cita de fisioterapia, le explico a la fisioterapeuta mis dolores de espalda, hombros… hasta que finalmente me pregunta si tengo dolor fantasma y le contesto que sí y desde hacía muchos años, y a veces insoportable. Uxía, que así se llama la Fisioterapeuta, me dice que el dolor fantasma se puede tratar, que hay una terapia que se llama la “terapia del espejo”, y si yo quiero podemos probar. Esta terapia consiste en colocar un espejo entre el miembro sano y el amputado y se inicia un tratamiento en la extremidad no afectada, mientras el paciente enfoca su mirada en el espejo. De esta forma visualiza lo que se está realizando en su extremidad no afecta, como si fuera en el miembro amputado reflejando así la sensación de que no tiene un miembro y además que se le está tratando. Y, a pesar de mí escepticismo y de que me explicó que algunos pacientes con amputación rechazan esta terapia porque al verse el reflejo en el espejo puede generar ansiedad, desagrado… etc., quedamos en probar en la siguiente sesión; valía la pena probar y ver cómo me sentía, y ya os adelanto de que Uxía es mi heroína, porque me salvó de los fantasmas.

Tras la primera sesión sentí algo, no sé cómo explicarlo, notaba que me iba desapareciendo el hormigueo y el dolor: una paz que no sentía hacía mucho tiempo, se me llenaron los ojos de lágrimas. No desapareció todo con una sesión; así pues, seguimos con la terapia durante algunas semanas, Uxía ya me dijera que no desaparecía con unas sesiones pero que al final lo conseguiríamos y creerme cuando os digo que lo conseguimos.

Actualmente sigo en rehabilitación con Uxía, una sesión por semana, sin el dolor fantasma que me acompañó durante 40 años, y me encuentro como un chaval comparado como entré en el mes de septiembre del año 2018, y soy la persona más feliz y desde hacía mucho tiempo que no lo era.

 

Francisco Maquieira Martínez, socio de Andade en Galicia.